ACTIVIDAD 1.
Aquí tenéis un texto que nos puede ayudar a ir comprendiendo que en este curso se darán la mano todo el tiempo ciencia, ecología, política, sociedad, economía, historia y un cierto grado de sano “cabreo” ciudadano, etc… (Arturo Pérez Reverte XL Semanal 3-IX-06).
Aú, aú, aú. Alarma, alarma. Inmersión. Este verano, las autoridades y el respetable público nos hemos enterado, con el sobresalto adecuado vía telediarios, de que el Mediterráneo está hasta las trancas de medusas perversas y malosas que hacen pupita. Todo un espectáculo, esas playas abarrotadas de gente acojonada en la orilla, sin osar mojarnos, con nuestros críos entusiasmados, eso sí, correteando con salabres, y la arena llena de medusillas y medusazas que todo cristo fotografiaba con los móviles mientras protestábamos indignados. No hay derecho. Uno viene de vacaciones, maldición. Que las autoridades hagan algo. Y las autoridades, claro, haciendo lo que mejor hacen de su oficio: salir en la tele contándonos lo que les preocupa el fenómeno, y cómo van a tomarse las medidas oportunas, etcétera. A fin de cuentas, profesionales de la mojarra como todo político que se precie, esos pavos –y pavas– saben perfectamente que no passsa nada. Para eso tienen asesores que los asesoran, explicándoles que lo de las medusas, señor ministro, se manifiesta con el calor y las corrientes, y va por rachas y por épocas del año; así que con algo de suerte, para septiembre mis primas se habrán ido a darse un garbeo por el fondo del mar, o a cualquier sitio discreto donde no den mucha murga, y el personal olvidará el asunto hasta el año que viene, porque en invierno chapotea poca gente. Y el año que viene es exactamente eso: el año que viene. Y luego, el otro. Ahí nos las den todas.
Lo que no he oído decir a ninguna de esas dignas autoridades, y miren que me extraña, es que el problema no tiene solución. Que lo de las medusas empezó hace tiempo, que en su momento no se hizo ni puto caso, y que ya es irreversible, porque el equilibrio ecológico se ha ido al garete a causa del calentamiento del mar, la sobrepesca, la urbanización salvaje, los vertidos y la contaminación. Consecuencia, todo ello, de nuestro egoísmo y nuestra inmensa estupidez. Cuando hablan de medidas para atajar el problema, no dicen la verdad: que tales medidas son ya imposibles de aplicar, pues exigirían actitudes que nadie está dispuesto a mantener y sacrificios que nadie quiere realizar. ¿O sí? ¿Los constructores sinvergüenzas y sus políticos lameculos a sueldo, que han convertido el litoral mediterráneo español en una pesadilla de hormigón, van a dejar de comprarse yates tamaño Pocero por unas medusillas de nada? ¿Los ciudadanos indignados y solidarios reaccionaremos con nuestra movilización y nuestro voto, mandándolos al paro y al talego?
¿O tal vez inflándolos a hostias? ¿Vamos a repoblar el Mediterráneo con las especies que antes se jalaban a las medusas, y que ahora, al desaparecer, les dejan campo libre y pajera abierta? ¿Con el atún rojo que cuatro golfos llevan años exterminando impunemente para exportarlo a Japón, gracias a la complicidad pasiva y activa de las autoridades de pesca y los poderes autonómicos correspondientes? ¿Con las tortugas marinas asfixiadas entre redes asesinas, que nadie ha movido un dedo por proteger? ¿Con los doscientos atunicos de palmo y medio que aficionados imbéciles alardean de capturar en sólo una mañana? ¿Con los miles de peces prematuros que cubren el mar frente a un puerto cuando los pesqueros llegan y se enteran de que dentro está la Heineken de la Guardia Civil?
Un consuelo queda, al menos. Que con esto de la pérdida de fauna y flora autóctonas, la sobreexplotación y el calentamiento, los científicos dicen que medio millar de especies forasteras invaden ya el Mediterráneo, que las medusas van a ser hermosas como para ponerles un piso, y que vía canal de Suez se nos cuelan hasta tiburones del mar Rojo, que después de una dieta de eritreos y sudaneses tienen unas ganas de jalar impresionantes. Y puestos a irnos todos a tomar por saco, como merecemos, y que aquí palme Sansón con todos los filisteos, a algunos eso nos hace albergar, al menos, la esperanza de que haya cierta justicia biológica en el orden de las cosas, y ver un día a la ministra Narbona, por ejemplo, haciendo de capitana Garfio ante las mandíbulas de un escualo de cuatro metros, tic-tac, tic-tac, o al portavoz Zaplana saliendo de la playa, en Benidorm, con una medusa Aurelia –las que tienen cenefa azul– pegada al ciruelo. Y entonces, que venga a comprar cemento sin agua ni luz, a defecar con todos en el colector de la misma playa, y a jugar al golf como si esta inmensa mierda fuera Irlanda, la puta que nos parió.
ACTIVIDAD 2.
Aú, aú, aú. Alarma, alarma. Inmersión. Este verano, las autoridades y el respetable público nos hemos enterado, con el sobresalto adecuado vía telediarios, de que el Mediterráneo está hasta las trancas de medusas perversas y malosas que hacen pupita. Todo un espectáculo, esas playas abarrotadas de gente acojonada en la orilla, sin osar mojarnos, con nuestros críos entusiasmados, eso sí, correteando con salabres, y la arena llena de medusillas y medusazas que todo cristo fotografiaba con los móviles mientras protestábamos indignados. No hay derecho. Uno viene de vacaciones, maldición. Que las autoridades hagan algo. Y las autoridades, claro, haciendo lo que mejor hacen de su oficio: salir en la tele contándonos lo que les preocupa el fenómeno, y cómo van a tomarse las medidas oportunas, etcétera. A fin de cuentas, profesionales de la mojarra como todo político que se precie, esos pavos –y pavas– saben perfectamente que no passsa nada. Para eso tienen asesores que los asesoran, explicándoles que lo de las medusas, señor ministro, se manifiesta con el calor y las corrientes, y va por rachas y por épocas del año; así que con algo de suerte, para septiembre mis primas se habrán ido a darse un garbeo por el fondo del mar, o a cualquier sitio discreto donde no den mucha murga, y el personal olvidará el asunto hasta el año que viene, porque en invierno chapotea poca gente. Y el año que viene es exactamente eso: el año que viene. Y luego, el otro. Ahí nos las den todas.
Lo que no he oído decir a ninguna de esas dignas autoridades, y miren que me extraña, es que el problema no tiene solución. Que lo de las medusas empezó hace tiempo, que en su momento no se hizo ni puto caso, y que ya es irreversible, porque el equilibrio ecológico se ha ido al garete a causa del calentamiento del mar, la sobrepesca, la urbanización salvaje, los vertidos y la contaminación. Consecuencia, todo ello, de nuestro egoísmo y nuestra inmensa estupidez. Cuando hablan de medidas para atajar el problema, no dicen la verdad: que tales medidas son ya imposibles de aplicar, pues exigirían actitudes que nadie está dispuesto a mantener y sacrificios que nadie quiere realizar. ¿O sí? ¿Los constructores sinvergüenzas y sus políticos lameculos a sueldo, que han convertido el litoral mediterráneo español en una pesadilla de hormigón, van a dejar de comprarse yates tamaño Pocero por unas medusillas de nada? ¿Los ciudadanos indignados y solidarios reaccionaremos con nuestra movilización y nuestro voto, mandándolos al paro y al talego?
¿O tal vez inflándolos a hostias? ¿Vamos a repoblar el Mediterráneo con las especies que antes se jalaban a las medusas, y que ahora, al desaparecer, les dejan campo libre y pajera abierta? ¿Con el atún rojo que cuatro golfos llevan años exterminando impunemente para exportarlo a Japón, gracias a la complicidad pasiva y activa de las autoridades de pesca y los poderes autonómicos correspondientes? ¿Con las tortugas marinas asfixiadas entre redes asesinas, que nadie ha movido un dedo por proteger? ¿Con los doscientos atunicos de palmo y medio que aficionados imbéciles alardean de capturar en sólo una mañana? ¿Con los miles de peces prematuros que cubren el mar frente a un puerto cuando los pesqueros llegan y se enteran de que dentro está la Heineken de la Guardia Civil?
Un consuelo queda, al menos. Que con esto de la pérdida de fauna y flora autóctonas, la sobreexplotación y el calentamiento, los científicos dicen que medio millar de especies forasteras invaden ya el Mediterráneo, que las medusas van a ser hermosas como para ponerles un piso, y que vía canal de Suez se nos cuelan hasta tiburones del mar Rojo, que después de una dieta de eritreos y sudaneses tienen unas ganas de jalar impresionantes. Y puestos a irnos todos a tomar por saco, como merecemos, y que aquí palme Sansón con todos los filisteos, a algunos eso nos hace albergar, al menos, la esperanza de que haya cierta justicia biológica en el orden de las cosas, y ver un día a la ministra Narbona, por ejemplo, haciendo de capitana Garfio ante las mandíbulas de un escualo de cuatro metros, tic-tac, tic-tac, o al portavoz Zaplana saliendo de la playa, en Benidorm, con una medusa Aurelia –las que tienen cenefa azul– pegada al ciruelo. Y entonces, que venga a comprar cemento sin agua ni luz, a defecar con todos en el colector de la misma playa, y a jugar al golf como si esta inmensa mierda fuera Irlanda, la puta que nos parió.
ACTIVIDAD 2.
Relaciones causales simples.
Recuerda: las relaciones causales simples se indican mediante una flecha que une las variables estudiadas, a la que se añade por encima el signo + (si la relación es directa) o – (si es inversa).
Veamos algunos ejemplos de relaciones simples que debes denotar:
¿Qué relación existe entre los incendios de este verano y la fotosíntesis en los bosques?.
¿Y entre la fotosíntesis y el almacenamiento de CO2 en la biomasa?
¿Y entre éste y el efecto invernadero?
¿y qué relación existe entre el efecto invernadero y la temperatura de la atmósfera?.
Ahora vamos a encadenar todas esas relaciones y ver como es la relación global entre los incendios y la temperatura atmosférica.
ACTIVIDAD 3.
Recuerda: las relaciones causales simples se indican mediante una flecha que une las variables estudiadas, a la que se añade por encima el signo + (si la relación es directa) o – (si es inversa).
Veamos algunos ejemplos de relaciones simples que debes denotar:
¿Qué relación existe entre los incendios de este verano y la fotosíntesis en los bosques?.
¿Y entre la fotosíntesis y el almacenamiento de CO2 en la biomasa?
¿Y entre éste y el efecto invernadero?
¿y qué relación existe entre el efecto invernadero y la temperatura de la atmósfera?.
Ahora vamos a encadenar todas esas relaciones y ver como es la relación global entre los incendios y la temperatura atmosférica.
ACTIVIDAD 3.
Relaciones complejas: retroalimentación.
Recuerda: las relaciones complejas se indican mediante un bucle de flechas en cuyo interior se añade el signo + (si la retroalimentación es positiva) o – (si es negativa).
Representa:
la relación entre el número de nacimientos y el número de individuos de una población.
Haz lo mismo para el caso del número de muertes y el de individuos de la población.
Por último une ambos bucles y trata de explicar como se regula el crecimiento de una población.
ACTIVIDAD 4.
Vamos a utilizar el ejemplo de las interacciones que regulan el clima, tomado del libro de “Ciencias de la Tierra y Medioambientales” de la Ed. Mc Graw Hill, para analizar las diferentes relaciones entre variables que pueden darse en un sistema contemplado como “modelo de caja blanca”.
1.- Completa el siguiente cuadro indicando las relaciones simples con los signos correspondientes y añade el signo para el bucle dentro del círculo correspondiente:
2.- Como ves, de la interacción entre el sistema atmosférico y la hidrosfera se deducen mecanismos que pueden regular la temperatura del planeta. Veamos ahora que ocurre si introducimos otras características de la atmósfera como la concentración de gases invernadero. Completa de nuevo el esquema:
3.- Compliquemos un poco más el análisis. Completa el nuevo esquema al que hemos añadido nuevos efectos provocados por la geosfera:
4.- La biosfera también ayuda a la regulación del clima del planeta, veámoslo:
5.- Y para terminar, intenta analizar este último esquema poniendo el signo adecuado en todos los bucles que aparecen:
Recuerda: las relaciones complejas se indican mediante un bucle de flechas en cuyo interior se añade el signo + (si la retroalimentación es positiva) o – (si es negativa).
Representa:
la relación entre el número de nacimientos y el número de individuos de una población.
Haz lo mismo para el caso del número de muertes y el de individuos de la población.
Por último une ambos bucles y trata de explicar como se regula el crecimiento de una población.
ACTIVIDAD 4.
Vamos a utilizar el ejemplo de las interacciones que regulan el clima, tomado del libro de “Ciencias de la Tierra y Medioambientales” de la Ed. Mc Graw Hill, para analizar las diferentes relaciones entre variables que pueden darse en un sistema contemplado como “modelo de caja blanca”.
1.- Completa el siguiente cuadro indicando las relaciones simples con los signos correspondientes y añade el signo para el bucle dentro del círculo correspondiente:
2.- Como ves, de la interacción entre el sistema atmosférico y la hidrosfera se deducen mecanismos que pueden regular la temperatura del planeta. Veamos ahora que ocurre si introducimos otras características de la atmósfera como la concentración de gases invernadero. Completa de nuevo el esquema:
3.- Compliquemos un poco más el análisis. Completa el nuevo esquema al que hemos añadido nuevos efectos provocados por la geosfera:
4.- La biosfera también ayuda a la regulación del clima del planeta, veámoslo:
5.- Y para terminar, intenta analizar este último esquema poniendo el signo adecuado en todos los bucles que aparecen:
Fíjate bien en los ejercicios que acabamos de hacer, no sólo te ayudan a esquematizar las relaciones causales estudiadas, en ellas queda reflejado claramente que las características de nuestro medio dependen de los subsistemas que interaccionan: hidrosfera, atmósfera, geosfera y biosfera, tal y como aparece reflejado en la hipótesis de GAIA de J. Lovelock.
ACTIVIDAD 5.
Vamos ahora a analizar las relaciones de la humanidad y su entorno utilizando los mismos diagramas que hemos trabajado antes.
1.- Completa este nuevo diagrama causal:
ACTIVIDAD 6.
¿A qué modelo de desarrollo corresponden cada una de las actuaciones siguientes?
El acuífero de una determinada zona se recarga todos los años de forma natural con 7 metros cúbicos de agua. Para incrementar la producción de los campos de cultivo de los alrededores y poder regar los campos de golf recién creados, se decide abrir un pozo para riego del que se van a detraer 10 metros cúbicos anuales, lo que producirá unos beneficios de varios millones de pesetas todos los años.
El litoral mediterráneo vive principalmente del turismo, por lo que incrementar el ritmo de construcción significa mayores beneficios. Así pues, deberían urbanizarse todas las áreas del litoral que todavía restan.
En un Parque Natural determinado se prohíben todas las actividades tradicionales, con lo que los ganaderos y agricultores de los alrededores no pueden llevar a su ganado ni trabajar las tierras. A cambio protegemos algunas especies en peligro de extinción.
Una concesión maderera permite explotar un bosque sin ningún tipo de restricción. Eso proporciona al pueblo unos beneficios de cien millones de pesetas en tres años.
En un caladero de pesca el fletán comienza a escasear. Se decide una moratoria de seis meses y una cuota de pesca menor durante los próximos cinco años para todas las flotas del caladero.
Todas las actuaciones anteriores plantean problemas de uno u otro tipo a la sostenibilidad. Analízalos y trata de proponer alternativas dentro del modelo de desarrollo sostenible.
ACTIVIDAD 7.
TELEDETECCIÓN. Lee el artículo de prensa y contesta las cuestiones que aparecen más abajo.
Toda la Tierra al alcance del usuario desde el espacio
Los satélites miden hielos, temperaturas, vientos, nivel del mar, corrientes y otros muchos parámetros que Europa empieza a explotar económicamente
Toda la Tierra al alcance del usuario desde el espacio
Los satélites miden hielos, temperaturas, vientos, nivel del mar, corrientes y otros muchos parámetros que Europa empieza a explotar económicamente
EL PAÍS. ALICIA RIVERA. Edimburgo. 17-IX-2013
Que la única perspectiva de toda la Tierra es la que se tiene desde el espacio es obvio. También lo es que los satélites en órbita ven el suelo, el hielo, el agua y los océanos a escala global y miden múltiples parámetros, como las temperaturas, los vientos, los contaminantes, la salinidad de los mares... Los científicos explotan intensamente desde hace años los datos para conocer el planeta. Pero ha llegado la hora de que esa información sea también ampliamente social y económica, que ayude a afrontar los retos y problemas de la población mundial, tal y como se puso de manifiesto en el congreso Planeta Vivo 2013, celebrado la semana pasada en Edimburgo (Reino Unido) con participación de casi 2.000 expertos internacionales.
Temperaturas del mar en torno a la península Ibérica medidas desde satélite. / ESA
El 71% de la superficie del planeta está cubierto por los océanos y el 29% es tierra firme; de esta, excluyendo la Antártida, el 22% son desiertos, hielo y nieve; el 28%, bosques y selvas; el 25%, tierras de pastoreo; el 13%, zonas urbanizadas, y el 12% está dedicado a las cosechas, detalló Volker Liebig, director de los programas de observación de la Tierra de la Agencia Europea del Espacio (ESA), en Edimburgo. Y más datos: de dos megaciudades en 1979 (Tokio y Nueva York), se ha pasado a 23 en 2011 y serán 37 en 2025; para mediados de siglo habrá que aumentar la producción de alimentos en un 70% respecto a 2005-2007, con una población mundial de 9.000 millones de personas (hacia 2040). Y no solo alimentos. Habrá que optimizar también el suministro de agua y de energía, manteniendo, además, la biodiversidad y los ecosistemas, recordó Volker. Así, argumentó, la imprescindible perspectiva global necesita la información detallada de la situación y evolución continua del uso del planeta que solo los satélites pueden proporcionar.
En los programas de observación de la Tierra, que suponen un 22% del presupuesto total de la ESA en 2013 y a los que se asignaron casi 2.000 millones de euros para los próximos años en la conferencia de Nápoles, España se comprometió exclusivamente en dos proyectos, con 59 millones: 52 millones para el programa METOP (con directo interés de la empresa CASA-Espacio Astrium) y siete millones van a SMOS (para cubrir la operación del satélite este año desde la estación de Maspalomas, en Canarias). Ni un euro más. La consecuencia es que, desde principios de 2013, los concursos de la ESA para contratos industriales de todos los demás proyectos de observación de la Tierra llevan una cláusula especificando que no pueden presentarse las empresas españolas, ya que el país no contribuye a la financiación.
Igual que la predicción meteorológica basada en información de satélites es un servicio constante, de indudable impacto económico e imprescindible para múltiples actividades, la información detallada y precisa de la humedad del suelo, de las corrientes, mareas y oleajes costeros, de la productividad marina, etcétera, debe llegar dentro de poco a planificadores, agricultores, ingenieros de infraestructuras... como servicio imprescindible. Por no hablar de la gestión de desastres naturales o de los delitos medioambientales.
“Con el satélite Sentinel 1, que se lanzará el año próximo, vamos a proporcionar, por ejemplo, los datos tomados con radar del hundimiento o elevación del suelo con precisión de un milímetro. Ya se ha hecho para París y para Venecia, y ahora lo haremos para todas las ciudades”, explica el ingeniero español Ramón Torres, jefe del proyecto de ese satélite, el primero de la serie de los Sentinel que formarán el sistema europeo Copérnico. “Esos datos precisos de movimiento del suelo serán de gran utilidad en urbanismo y construcción, por ejemplo, influirán en los materiales y estructuras a utilizar y permitirán que accidentes como el socavón de El Carmelo, en Barcelona, en 2005, no se repitan”, añade Torres. “Es la hora de las aplicaciones comerciales”, subraya Torres. “Y no puedes tener usuarios si no ofreces continuidad y calidad de los datos”, añade. Todo esto va combinado con la revolución de Internet, las redes de datos en banda ancha, los avances en computación, las nuevas herramientas de generación de mapas, etcétera, apunta Volker.
Copérnico proporcionará datos globales, normalizados y constantes para que se puedan desarrollar aplicaciones que faciliten su uso masivo, han destacado los expertos en Edimburgo. El efecto podría ser algo similar al del sistema GPS que, tomando los datos de los satélites, ha permitido desarrollar múltiples usos. En Copérnico (antes GMES) y sus satélites, la ESA ha invertido 1.600 millones de euros desde 2005, y la UE, 600 millones. Ahora, para su operación, la UE se hace cargo del coste, que asciende a 3.800 millones desde 2014 a 2020. Según los cálculos de la Comisión Europea, Copérnico generará 30.000 millones de beneficios económicos.
Pero a la vez, las misiones científicas tienen que seguir abriendo camino. “Cara al futuro se planean satélites para la observación, cuantificación y vigilancia de las nieves en el planeta, para obtener la información global sobre la biomasa, midiendo cobertura forestal y altura de los árboles y para conocer con detalle, por ejemplo, las corrientes y otros fenómenos costeros, porque el océano abierto lo conocemos ya bien, pero a muchos efectos es un desierto, ya que la gente vive en la costa, y en ella se desarrollan las actividades económicas principales”, argumenta Alan O’Neill, profesor de la Universidad de Reading (Reino Unido).
La misión Biomass revolucionará la gestión y explotación de recursos forestales, pero también tomará información esencial para los científicos del clima, para cuantificar el ciclo del carbono e incluso para verificar los acuerdos internacionales sobre cambio climático, explicó en Edimburgo el experto Shaun Quegal, de la Universidad de Sheffield. El satélite se lanzará en 2020.
España se descuelga
España ha pasado de comprometer una inversión de 670 millones en programas de la Agencia Europea del Espacio (ESA), en los presupuestos plurianuales que se acuerdan en las conferencias de ministros de la organización, a 85 millones en la última reunión, celebrada a finales del año pasado en Nápoles. “Estamos trabajando con la delegación española y con la industria para ver cómo podemos ayudar a las empresas”, señaló, muy diplomáticamente, Jean-Jacques Dordain, director general de la ESA en el congreso de Edimburgo. Puntualizó que se tarda décadas en desarrollar la capacidad industrial en el sector espacial y que se destruye muy rápido lo logrado cuando se interrumpe la inversión.
CUESTIONES:
1.¿Qué es la teledetección?
2.¿Qué elementos se necesitan para llevarla a cabo?
3.¿Qué parámetros se citan en el texto suceptibles de ser medidos desde satélites?
4.¿En qué consiste el Sistema GPS?, ¿podrías citar algunas de sus utilidades?
5.¿Qué es un SIG?
6.Trata de seguir durante varios días los programas de meteorología de la primera cadena de televisión:
¿Cómo se llaman los satélites que utilizan más frecuentemente?
¿Para qué usan la banda visible del espectro los satélites meteorológicos?
¿Y la banda infrarroja?
¿Cómo pueden predecir el comportamiento de la atmósfera?
Que la única perspectiva de toda la Tierra es la que se tiene desde el espacio es obvio. También lo es que los satélites en órbita ven el suelo, el hielo, el agua y los océanos a escala global y miden múltiples parámetros, como las temperaturas, los vientos, los contaminantes, la salinidad de los mares... Los científicos explotan intensamente desde hace años los datos para conocer el planeta. Pero ha llegado la hora de que esa información sea también ampliamente social y económica, que ayude a afrontar los retos y problemas de la población mundial, tal y como se puso de manifiesto en el congreso Planeta Vivo 2013, celebrado la semana pasada en Edimburgo (Reino Unido) con participación de casi 2.000 expertos internacionales.
Temperaturas del mar en torno a la península Ibérica medidas desde satélite. / ESA
El 71% de la superficie del planeta está cubierto por los océanos y el 29% es tierra firme; de esta, excluyendo la Antártida, el 22% son desiertos, hielo y nieve; el 28%, bosques y selvas; el 25%, tierras de pastoreo; el 13%, zonas urbanizadas, y el 12% está dedicado a las cosechas, detalló Volker Liebig, director de los programas de observación de la Tierra de la Agencia Europea del Espacio (ESA), en Edimburgo. Y más datos: de dos megaciudades en 1979 (Tokio y Nueva York), se ha pasado a 23 en 2011 y serán 37 en 2025; para mediados de siglo habrá que aumentar la producción de alimentos en un 70% respecto a 2005-2007, con una población mundial de 9.000 millones de personas (hacia 2040). Y no solo alimentos. Habrá que optimizar también el suministro de agua y de energía, manteniendo, además, la biodiversidad y los ecosistemas, recordó Volker. Así, argumentó, la imprescindible perspectiva global necesita la información detallada de la situación y evolución continua del uso del planeta que solo los satélites pueden proporcionar.
En los programas de observación de la Tierra, que suponen un 22% del presupuesto total de la ESA en 2013 y a los que se asignaron casi 2.000 millones de euros para los próximos años en la conferencia de Nápoles, España se comprometió exclusivamente en dos proyectos, con 59 millones: 52 millones para el programa METOP (con directo interés de la empresa CASA-Espacio Astrium) y siete millones van a SMOS (para cubrir la operación del satélite este año desde la estación de Maspalomas, en Canarias). Ni un euro más. La consecuencia es que, desde principios de 2013, los concursos de la ESA para contratos industriales de todos los demás proyectos de observación de la Tierra llevan una cláusula especificando que no pueden presentarse las empresas españolas, ya que el país no contribuye a la financiación.
Igual que la predicción meteorológica basada en información de satélites es un servicio constante, de indudable impacto económico e imprescindible para múltiples actividades, la información detallada y precisa de la humedad del suelo, de las corrientes, mareas y oleajes costeros, de la productividad marina, etcétera, debe llegar dentro de poco a planificadores, agricultores, ingenieros de infraestructuras... como servicio imprescindible. Por no hablar de la gestión de desastres naturales o de los delitos medioambientales.
“Con el satélite Sentinel 1, que se lanzará el año próximo, vamos a proporcionar, por ejemplo, los datos tomados con radar del hundimiento o elevación del suelo con precisión de un milímetro. Ya se ha hecho para París y para Venecia, y ahora lo haremos para todas las ciudades”, explica el ingeniero español Ramón Torres, jefe del proyecto de ese satélite, el primero de la serie de los Sentinel que formarán el sistema europeo Copérnico. “Esos datos precisos de movimiento del suelo serán de gran utilidad en urbanismo y construcción, por ejemplo, influirán en los materiales y estructuras a utilizar y permitirán que accidentes como el socavón de El Carmelo, en Barcelona, en 2005, no se repitan”, añade Torres. “Es la hora de las aplicaciones comerciales”, subraya Torres. “Y no puedes tener usuarios si no ofreces continuidad y calidad de los datos”, añade. Todo esto va combinado con la revolución de Internet, las redes de datos en banda ancha, los avances en computación, las nuevas herramientas de generación de mapas, etcétera, apunta Volker.
Copérnico proporcionará datos globales, normalizados y constantes para que se puedan desarrollar aplicaciones que faciliten su uso masivo, han destacado los expertos en Edimburgo. El efecto podría ser algo similar al del sistema GPS que, tomando los datos de los satélites, ha permitido desarrollar múltiples usos. En Copérnico (antes GMES) y sus satélites, la ESA ha invertido 1.600 millones de euros desde 2005, y la UE, 600 millones. Ahora, para su operación, la UE se hace cargo del coste, que asciende a 3.800 millones desde 2014 a 2020. Según los cálculos de la Comisión Europea, Copérnico generará 30.000 millones de beneficios económicos.
Pero a la vez, las misiones científicas tienen que seguir abriendo camino. “Cara al futuro se planean satélites para la observación, cuantificación y vigilancia de las nieves en el planeta, para obtener la información global sobre la biomasa, midiendo cobertura forestal y altura de los árboles y para conocer con detalle, por ejemplo, las corrientes y otros fenómenos costeros, porque el océano abierto lo conocemos ya bien, pero a muchos efectos es un desierto, ya que la gente vive en la costa, y en ella se desarrollan las actividades económicas principales”, argumenta Alan O’Neill, profesor de la Universidad de Reading (Reino Unido).
La misión Biomass revolucionará la gestión y explotación de recursos forestales, pero también tomará información esencial para los científicos del clima, para cuantificar el ciclo del carbono e incluso para verificar los acuerdos internacionales sobre cambio climático, explicó en Edimburgo el experto Shaun Quegal, de la Universidad de Sheffield. El satélite se lanzará en 2020.
España se descuelga
España ha pasado de comprometer una inversión de 670 millones en programas de la Agencia Europea del Espacio (ESA), en los presupuestos plurianuales que se acuerdan en las conferencias de ministros de la organización, a 85 millones en la última reunión, celebrada a finales del año pasado en Nápoles. “Estamos trabajando con la delegación española y con la industria para ver cómo podemos ayudar a las empresas”, señaló, muy diplomáticamente, Jean-Jacques Dordain, director general de la ESA en el congreso de Edimburgo. Puntualizó que se tarda décadas en desarrollar la capacidad industrial en el sector espacial y que se destruye muy rápido lo logrado cuando se interrumpe la inversión.
CUESTIONES:
1.¿Qué es la teledetección?
2.¿Qué elementos se necesitan para llevarla a cabo?
3.¿Qué parámetros se citan en el texto suceptibles de ser medidos desde satélites?
4.¿En qué consiste el Sistema GPS?, ¿podrías citar algunas de sus utilidades?
5.¿Qué es un SIG?
6.Trata de seguir durante varios días los programas de meteorología de la primera cadena de televisión:
¿Cómo se llaman los satélites que utilizan más frecuentemente?
¿Para qué usan la banda visible del espectro los satélites meteorológicos?
¿Y la banda infrarroja?
¿Cómo pueden predecir el comportamiento de la atmósfera?