lunes, 8 de junio de 2015

2º CTM. LOS RESÍDUOS SÓLIDOS


LOS RESIDUOS SÓLIDOS

1.      Los residuos sólidos.
2.      Tipos de residuos sólidos e impactos sobre el medio ambiente.
2.1.   Residuos sólidos urbanos
2.2.   Residuos agropecuarios.
2.3.   Residuos forestales.
2.4.   Residuos sanitarios.
2.5.   Residuos industriales.
2.6.   Residuos radiactivos.
3.   La gestión de los residuos.
3.1. Disminución de los residuos.
3.2. Transformación de los residuos.
3.3. Eliminación de los residuos.
4.   La gestión de los residuos en España.


                                                                       

1. LOS RESIDUOS SÓLIDOS

Se define como residuo cualquier material resultado de un proceso de fabricación, transformación, utilización, consumo o limpieza cuando su poseedor o productor lo destina al abandono.

Las causas que también inciden en la generación de los residuos son. El crecimiento demográfico, la vida en las ciudades, el consumo exagerado, la explotación incontrolada de los recursos naturales, etc…



2. TIPOS DE RESIDUOS SÓLIDOS Y SU IMPACTO EN EL MEDIO AMBIENTE

Según su origen distinguimos distintos tipos de residuos, entre los que destacamos por su conflictividad: los residuos sólidos urbanos, los residuos agropecuarios, residuos forestales, residuos sanitarios, residuos industriales, residuos radiactivos.

2.1. Los residuos sólidos urbanos: (RSU)

Son aquellos que se producen en el ámbito urbano o en su zona de influencia. Son los que producimos en nuestros domicilios, en oficinas, comercios, hospitales, escuelas, limpieza de zonas verdes y recreativas, abandono de enseres, muebles, vehículos, etc…

Se caracterizan por su elevada heterogeneidad, están constituidas por materiales distintos. Algunos de tienen la propiedad de ser combustible como la madera, papel, cartón, plástico, etc… Otros son fermentables como la materia orgánica, y otros constituidos por metales, el vidrio, los escombros, son inertes.

En general, un mayor nivel económico implica un mayor consumo y, por tanto, más residuos. Por otra parte, también influye la estación del año, si se trata de zonas turísticas o residenciales, etc…
En España, como media, cada ciudadano produce alrededor de 1 Kg de residuos al día.
Los residuos sólidos urbanos contienen principalmente: materia orgánica, papel, plásticos, vidrio y envases de metal. También se encuentran aunque en menor proporción otras sustancias como madera, tejidos, goma, cerámica, etc…

  • La materia orgánica: procede de los desechos animales o vegetales procedentes de los alimentos, los restos de los vegetales que generan en nuestros jardines como hojas secas, poda, etc…. La materia orgánica de los R.S.U.  se utiliza para la obtención del compost, mediante un proceso conocido como compostaje, que se utiliza como abono.
  • El papel y cartón: aunque el papel se incorpora a los ciclos naturales y se descompone con facilidad, el problema está en la gran demanda de papel que conlleva una excesiva explotación forestal y en la elevada contaminación que ocasiona su fabricación. Para evitar estos impactos es muy importante fomentar el proceso de reciclaje de papel.
  • Los plásticos: los plásticos se emplean para la fabricación de envases o embalajes, la mayoría de ellos de un solo uso como recipientes para líquidos, contenedores para alimentos, bolsas, etc…. El principal problema de los plásticos es que no son biodegradables presentan gran dificultad para su separación y reciclaje. El reciclado de plásticos puede ser mecánico, energético o químico. En el reciclado mecánico el material recuperado se utiliza como materia prima para fabricar de nuevos plásticos.
El reciclado energético supone el aprovechamiento como combustible de los residuos plásticos. El reciclado químico permite la obtención de diversos productos intermedios.

  • El vidrio: es un material muy utilizado para envases o contenedores de alimentos. Está compuesto por arena de cuarzo, carbonato sódico y piedra caliza. El vidrio es un producto que puede ser reutilizado muchas veces de 30 a 40 veces y que además, puede reciclarse en su totalidad sin que ello signifique la pérdida de sus propiedades.
  • El metal: los envases de metal comprenden una amplia gama de productos: envases para pinturas, aceites, alimentos, bebidas, etc…El aluminio es el metal más utilizado. También se emplea en muchos envoltorios de alimentos.
  • Otros residuos: El brik o tetrabrik. Está compuesto por un 75% de cartón, un 20% de plástico y un 5% de aluminio. Son envases muy útiles para conservar los alimentos y son cómodos de manejar y almacenar. Son difícilmente reciclables pues la separación de sus componentes implica un elevado coste energético.
El PVC (cloruro de polivinilo) es uno de los plásticos más contaminantes. Su uso ha estado muy extendido para la fabricación de botellas de agua mineral, tarjetas de crédito, etc…En la actualidad tiende a sustituirse por otro tipo de plástico denominado PET, envase reciclable y reutilizable.

La utilización de envoltorios con finalidades publicitarias y promoción ha provocado que un 60% del volumen de determinados productos sea el empaquetado. También es preocupante el incremento de ciertos residuos problemáticos, como las pilas, los fluorescentes, los disolventes y los pesticidas.

Efectos de los R.S.U.

  • Olores desagradables, provocados por la descomposición de la materia orgánica presente.
  • Riesgo para la salud, pues si se acumulan de forma incontrolada favorecen la proliferación de ratas, moscas, etc… que son portadores de enfermedades.
  • Contaminación del suelo, aguas superficiales y subterráneas, en estas últimas por lixiviados (lavados), cuando el agua de lluvia arrastra       sustancias en disolución.
  • Contaminación del aire por combustiones, controladas o incontroladas.
  • Degradación del paisaje.

2.2. Residuos agropecuarios
Se originan por las actividades agrícolas y ganaderas. Se incluyen los residuos orgánicos de siega, poda y los residuos agroquímicos como abonos químicos y pesticidas. Entre los residuos ganaderos destacan los purines por su alto poder contaminante de las aguas y los suelos y los excrementos de los animales.

La dificultad en el correcto procesado de estos residuos estriba en su abundancia y en que sus fuentes de producción están muy dispersas en el territorio.


2.3. Los residuos forestales
Se originan por las actividades en los bosques: explotaciones madereras y la limpieza de los mismos. Los principales productos son ramas, hojas, cortezas, raíces, serrines. Pueden utilizarse para la obtención de energía (biomasa) o para producir abono al ser descompuestos por microorganismos fermentadores (compostaje). Su control es necesario con el fin de evitar los problemas de contaminación del suelo y del agua, así como el riesgo de incendios.

2.4. Los residuos sanitarios
Son los residuos generados en hospitales, clínicas y en laboratorios farmacéuticos. Además de los residuos asimilables a los domésticos, distinguimos:

1º) Residuos biosanitarios peligrosos: que poseen agentes infecciosos y, por tanto,  con capacidad de contagio y toxicidad. Es obligatorio someterlos a tratamientos de desinfección.

2º) Residuos químico-sanitarios, son residuos peligrosos que contienen sustancias químicas con capacidad de contaminación ambiental y humana; como medicamentos caducados, reactivos de los laboratorios, etc… Son residuos tóxicos y peligrosos, por lo que es necesario aplicar tratamientos  para disminuir su peligrosidad.

3º) Residuos radiactivos de baja y media actividad, proceden de los departamentos de medicina nuclear y radioterapia (rayos X). Su gestión se realiza como el resto de residuos radiactivos a través de ENRESA (Empresa Nacional de Residuos Radiactivos).

2.5. Los residuos industriales
Los residuos industriales corresponden a una variada gama de sustancias que dependen de la industria. Algunos de estos residuos son asimilables a los R.S.U. presentan tratamiento similar a los domésticos. Otros residuos son tóxicos, peligrosos y radiactivos, necesitan un tratamiento especial en instalaciones de tratamientos de residuos.

Los residuos tóxicos y peligrosos se definen como aquellos que contienen determinadas sustancias o materias en cantidades que suponen un riesgo tanto para la salud humana como para los recursos naturales y el medio ambiente. Entre los productos que contienen sustancias toxicas destacan:

  • Los productos de limpieza: aerosoles, limpiadores con amoniaco, lejías, abrillantadores, limpiahornos, quitamanchas, quitaesmaltes.
  • Los productos del automóvil: anticongelantes, aceites, baterías…
  • Otros productos como: medicamentos, pinturas, disolventes, insecticidas, fertilizantes, productos de fotografía…
Además provocan como otros residuos contaminación del suelo, de las aguas superficiales y de las aguas subterráneas. Sus efectos dependen de la cantidad, del ritmo de producción y de su duración o permanencia en los lugares en que se depositan.
El tratamiento de estos residuos se realiza mediante varios métodos:
  • Tratamientos químicos: que transforman las sustancias nocivas o tóxicas en otras menos peligrosas mediante procesos de detoxificación.
  • Tratamientos fisicoquímicos: como ósmosis inversa, destilación, extracción con disolventes, electrolisis…
  • Tratamientos térmicos: utilizan elevadas temperaturas para la combustión, gasificación y cristalización de los residuos peligrosos.
Después de estos tratamientos queda una fracción sólida tóxica o peligrosa que es necesario aislar en vertederos especiales, donde se controlan y se aíslan los residuos para evitar que puedan contaminar el medio.

Los productores de residuos industriales tienen la obligación de inventariar sus residuos y declararlos a la administración.

Han de gestionarlos adecuadamente, ya que son los responsables de ellos y de su tratamiento.
Los residuos generados por las canteras y la construcción de grandes obras públicas consisten en tierras y rocas sin interés comercial que se acumulan cerca de las canteras. Estos residuos no poseen sustancias tóxicas ni contaminantes, son inertes y por tanto su gestión está encaminada a minimizar su fuerte impacto paisajístico.

2.6. Los residuos radiactivos
Son todos aquellos materiales que contienen isótopos radiactivos en unas proporciones tales que se considere que pueden ser perjudiciales. Las fuentes de residuos radiactivos son las centrales nucleares, la industria, los hospitales (equipos de medicina nuclear) y la investigación.

El periodo de semidesintegración: es el tiempo que tarda una masa de un isótopo radiactivo en quedar reducido a la mitad. Se consideran residuos de vida corta los que duran periodos menores de 30 años y residuos de vida larga los que duran periodos superiores a 30 años.

Algunos periodos de semidesintegración son:

    • hierro 55 = 2,5 años.
    • Cobalto 60 = 5 años.
    • Estroncio 90 = 30 años.
    • Plutonio 239 = 25.000 años.
    • Neptunio 239 = 2.000.000 años.
    •  Uranio 238 = 4.500.000.000 años.
En vista  a su gestión, se tiende a clasificar los residuos radiactivos en:
  • Residuos de baja y media actividad (RBM.A): corresponden a materiales con periodos de vida corta para los tipos de radiación más peligrosa. Por ejemplo residuos de aplicaciones médicas (guantes, jeringuillas…), herramientas, material de mantenimiento de las centrales nucleares, residuos derivados del desmantelamiento de instalaciones nucleares…
  • Residuos de alta actividad (RAA): son los de elevada actividad específica y que emiten radiaciones peligrosas. Este es el caso del combustible gastado en las centrales nucleares y en el armamento nuclear.
La gestión de los residuos radiactivos se basa en su aislamiento e inmovilización mediante el principio de las barreras. Se trata de interponer una serie de sucesivas barreras, artificiales o naturales, entre el residuo y la biosfera. Las distintas barreras que se superponen son:

  • Barreras físico-químicas: formadas por los bidones que albergan los residuos, así como contenedores donde se introducen los bidones (pueden ser de cemento, vidrio…)
  • Barrera de ingeniería: instalaciones donde se ubican los contenedores.
  •  Barrera geológica: terreno que rodea la instalación, de poca actividad geológica y formado por rocas impermeables.
Toda la  instalación está sometida a un programa de vigilancia y control, con análisis de muestras de agua y aire, que establecen el grado de eficacia de las barreras.

Estas medidas de inmovilización se aplican para los residuos de baja y media actividad. Los residuos de alta actividad precisan un tratamiento especial. Se les  somete a un enfriamiento en balsas de agua, a continuación se almacenan durante miles o incluso millones de años. En la actualidad se investiga para encontrar zonas extraordinariamente estables de la corteza terrestre donde poder enterrar estos residuos.

La gestión de los residuos radiactivos se realiza en cada país por las empresas nacionales. En España, la empresa ENRESA se encarga de la eliminación en el centro de almacenamiento de El Cabril (Córdoba), que recoge los residuos de baja y media actividad.



3. LA GESTIÓN DE LOS RESIDUOS

A medida que la cantidad de residuos fue aumentando y que su peligrosidad para el hombre y el medio ambiente fue conociéndose, las administraciones de los distintos países fueron dictando normas para evitar su impacto mediante legislaciones que regulan el tratamiento y eliminación de los residuos, imponiendo cargas y multas a los infractores según el principio de: “quien contaminan paga”. Hasta ahora la cuantía de esas multas era irrisoria de forma que a las empresas era más rentable pagarlas que instalar sistemas de recuperación, tratamiento y eliminación de residuos. En la actualidad se pretende alcanzar mediante una legislación muy estricta, una concienciación ciudadana el principio de que “producir más limpio es más rentable que limpiar”

En la gestión de los residuos se contemplan mecanismos para:

1º-Disminuir su producción.
2º-Transformarlos para hacerlos inofensivos o menos peligrosos.
3º-Eliminarlos para que no afecten al medio ambiente no al hombre.

1.     Disminución de los residuos: 
Para reducir la producción se sigue la regla de las 3 R: -reducir -reutilizar y reciclar.

  • Reducir: la producción de residuos tanto en calidad como en volumen.
  • Reutilizar: volver a utilizar los productos tantas veces como permita la vida de éstos antes de desecharlos.
  •  Reciclar: los productos y los materiales para un nuevo uso antes de su eliminación, es decir aprovechar un residuo como materia base para la fabricación de nuevos productos, que pueden ser iguales a los iniciales o diferentes.
2.      La transformación de los residuos:
Es el conjunto de mecanismos que eliminan o     reducen la peligrosidad de los residuos o bien los transforman en los otros materiales utilizables. En la transformación distinguimos una serie de fases:

  • Pre-recogida: mecanismos para depositar los residuos y ser recogidos y transformados por los servicios municipales: bolsas, cubos de basura, contenedores, etc... Esta recogida puede ser homogénea o selectiva. En este proceso debe implicarse a toda la sociedad:
    • Tanto en el ámbito doméstico: deben clasificarse los R.S.U. en diversas fracciones: orgánicos, papel, vidrio, pilas, envases, etc.
    • Como en el ámbito de la administración: deben instalarse contenedores especiales para cada grupo de residuos.
  • Recogida: operaciones de carga de los residuos  en los vehículos
  • Transporte: incluye el desplazamiento de los residuos a su punto de destino y su descarga. Su destino son las plantas de tratamiento donde se les aplicaran las transformaciones necesarias para su posterior uso o bien los vertederos e incineradoras (destinos finales).
También existen instalaciones especiales, los llamados puntos limpios, donde se llevan los R.S.U. que no tienen un sistema específico de recogida. Se trata de materiales como pinturas, aceites, fluorescentes, productos de limpieza, aparatos de bricolaje, productos de automóvil, insecticidas de origen doméstico, materiales electrónicos (radios, ordenadores).
Una vez separados los diferentes tipos de residuos, se aplica en cada caso el tratamiento mas adecuado:
  • Recuperación: consiste en aprovechar las sustancias o los recursos energéticos que contiene el residuo. Por ejemplo, la generación de electricidad en las plantas incineradoras o el aprovechamiento del biogás en los vertederos.
  • Reutilización: se trata de utilizar nuevamente un residuo en su forma original, ya sea para el mismo uso o para usos distintos. Ejemplo, los envases retornables que pueden ser reutilizables muchas veces.
  • Reciclaje: se aprovecha un residuo como materia prima para la fabricación de nuevos productos. Es el procedimiento más completo y ecológico pudiéndose utilizar hasta el 85% de los residuos, principalmente papel, plásticos, metales y sobre todo el vidrio realizándose una separación en origen o en destino. Con este tratamiento se ahorran una gran cantidad de recursos materiales y energéticos, eliminando al mismo tiempo los residuos. En las ciudades suele haber contenedores específicos para la recogida del papel y vidrio y programas para la recogida de pilas.
  • Regeneración de residuos: consiste en tratar residuos para que estos recuperen las cualidades que permitan utilizarlos de nuevo. Un ejemplo son los aceites minerales que usan los automóviles que una vez tratados pueden volver a utilizarse.
Todos los tratamientos anteriores se aplican normalmente a la materia inorgánica. La materia orgánica se destina a la obtención de abono mediante el proceso llamado compostaje que se realiza en las llamadas plantas de compostaje. El compostaje es un proceso de fermentación controlada. El producto que se obtiene, el compost, se parece al humus y puede ser utilizado como abono o como regenerados orgánico para la agricultura, la jardinería, las obras públicas o la restauración de espacios naturales.

La fermentación de la materia orgánica es realizada por microorganismos y puede producirse en presencia de oxígeno, mediante sistemas aeróbicos, o en ausencia de éste, mediante sistemas anaeróbicos.

3.      Eliminación de los residuos
Es la etapa final de los residuos tanto para los que no han podido reciclarse o transformarse, como para los residuos obtenidos de estos últimos tratamientos. La forma de eliminación varía según el tipo de que se trate, pero básicamente se utilizan tres mecanismos:

  • Deposición, vertido o enterramiento, tanto en suelo como en aguas.
  • Incineración, con obtención o no de energía.
 Almacenamiento en depósitos o zonas para evitar se dispersión.
La deposición se realiza en vertederos controlados, donde se depositan los residuos en capas. Estas capas de residuos se alternan con capas de tierra, con ello se pretende evitar problemas sanitarios y malos olores.

Los vertederos se sitúan en terrenos impermeables, y si no es así, el fondo y las paredes se impermeabilizan. De este modo se garantiza que los lixiviados (liquido formado por la disolución de los componentes de los residuos con las aguas de infiltración y que contiene gran cantidad de contaminantes) pueden ser drenados y recogidos evitando que se infiltren en el suelo y contaminen los acuíferos. Estos lixiviados son pues recogidos y tratados en estaciones depuradoras de aguas residuales.


También  existe un sistema de tuberías que permite la evacuación de los gases que se generan en los procesos de fermentación anaeróbica de los residuos orgánicos. Es muy importante que estos gases dispongan de una buena evacuación, ya que de no ser así podrían provocar una explosión o un incendio, incluso después de que el vertedero sea clausurado.


Estos gases constituyen el llamado biogás cuyo principal componente es metano 50%, se recogen en algunos vertederos para producir energía. Estos son, por tanto, vertederos con recuperación de energía.

Una vez clausurado el vertedero, al colmatarse el área que los alberga, se recubre de capas de tierra que hacen posible la rehabilitación del espacio para otros fines.

  • No obstante los vertederos tienen una serie de ventajas y de inconvenientes como:
  • Ocupación e inutilización de grandes superficies de terreno útil.
  • Peligro de contaminación del subsuelo y aguas subterráneas por los lixiviados.
  • Peligro de incendios y explosiones debido a los gases de fermentación.
  • Malos olores.
  •  Peligroso de proliferación de organismos indeseables (ratas)
  • Período de funcionamiento limitado.
La incineración: 
Se realiza en las plantas incineradoras donde tiene lugar la combustión controlada de los residuos para ello se somete a los residuos a altas temperaturas (850 – 1000ºC), produciéndose la oxidación de la materia orgánica. Como resultado de esta combustión se obtienen cenizas y escorias (material incombustible), así como gases, (algunos tóxicos como las dioxinas) partículas en suspensión que deben ser filtradas o depuradas para  evitar que pasen a la atmósfera.

Las escorias y cenizas se pueden utilizar como material de relleno en obras públicas y la fracción metálica puede ser aprovechada en fundiciones.

En los casos en los que los residuos obtenidos no puedan utilizarse para estos usos se transportan a los vertederos controlados.

Muchas incineradoras tienen sistemas de transformación de la energía eléctrica. De esta forma, las incineradoras constituyen una buena solución para la eliminación de los residuos y obtención de energía a partir de materiales que, de otro modo, serían desaprovechables.